martes, 30 de septiembre de 2014

LA CORDILLERA Y SUS CENTROS HISTÓRICOS

 LA CORDILLERA Y SUS CENTROS HISTÓRICOS.


Nicolás Junqueras Castro
Categoría: Ensayo

La ciudad de Santiago de Chile, en la región metropolitana, ha crecido estrepitosamente en las últimas décadas, su suelo es cada vez más escaso por lo que las construcciones en altura se han convertido en la nueva tipología de habitación, generándose una tendencia en la ocupación del cielo por los edificios que sombrean cada vez más las calles y la consiguiente densidad demográfica ha provocado que la proxémica natural de los ciudadanos sea vulnerada especialmente en el transporte, en los centros de servicios financieros y gastronómicos, como también en los paseos cercanos a la principal plaza de armas kilómetro cero de la ciudad. Esta excesiva concentración y centralización que se produce en la capital, especialmente en los días laborales, refleja la excesiva dependencia del “centro” de las demás provincias de la ciudad, ya que los pobladores de la periferia viajan en masa hacia el núcleo financiero/laboral, regresando a sus hogares en el contorno de la ciudad, por lo que estos territorios aledaños al centro se han denominado comunas “dormitorios” afirmando la acepción para nominarlas como territorios en los que se llega a descansar, por lo que los quehaceres metropolitanos toman el principal rol de activo cultural, por el hecho de realizarse la vida diaria en el “downtown”.
Con esta dinámica heredada desde la conquista española en Chile, con las permanentes denominaciones belicosas a los distintos centros históricos del país “plazas de armas”, por el hecho de que esta tierra Chile siempre se encontró en guerra de españoles con los aborígenes mapuches como capitanía general, y no pudo transformarse jamás en un virreinato; transitó la colonia, y la independencia no fue más que un proceso debatido entre españoles y criollos, donde el mestizo e indígena fueron excluidos. Se instala la cultura patriarcal del hacendado poniendo en tensión al patrón latifundista y el peón campesino, más tarde a la industria con el obrero, hasta llegar a la actualidad donde la banca y el empleado de corbata vuelve a reflejar esta relación ambivalente y de progresiva concentración de capital, como consecuencia el territorio ha sido intervenido y transformado con esta orientación en su modernización, acrecentado la congregación de los bienes, servicios, educación, salud y poder político en Santiago centro, reafirmando que el colonialismo se encuentra permanentemente condicionando las relaciones sociales, los intercambios, las construcciones y las mutaciones de los ambientes y sitios con relevancia histórico-patrimonial.


Así para la descripción, interpretación y puesta en valor de los centros históricos de la Provincia Cordillera, ubicada al extremo sur oriente de la Región Metropolitana, no debemos perder de vista la carga e influencia que vienen acarreando desde la colonia y el nacimiento de la República estas localidades, ya que vienen a definir y diferenciar mucho de los aspectos que consideramos relevantes para su patrimonialización, la necesidad que nos imponemos a no fragmentar el crecimiento de estos centros por caminos separados, sino revelar su hermandad y vínculos estrechos, así como también vislumbrar como la modernización y globalización han determinado en buena parte el destino de estos sitios.
Otra de las razones para rememorar la situación por la cual pasa el núcleo de Santiago centro es el reflejo, símbolos e intercambios que permanentemente viajan desde el norte hacia el sur, debido a que la vía principal de acceso al centro histórico de la capital de la provincia cordillera, Puente Alto, se encuentra por esta entrada. El más importante medio de transporte que comunica a Santiago Centro con el resto de sus provincias es el tren metropolitano y en el caso de sus viajes hacia el Sur, “el metro” es una análoga reinterpretación moderna del antiguo ferrocarril el Llano del Maipo. La estación terminal en el lado Norte o céntrico, se ubicaba en lo que hoy en día es la actual Plaza Italia, se llamaba estación Pirque una pequeña réplica en tamaño, comparada con la gran Estación Central, pero muy similares en estructura. “Paradójicamente, casi 40 años más tarde, el Estado de Chile ha construido un nuevo ferrocarril siguiendo el mismo trazado original, ahora en la forma de la línea 5 del Metro. Tal como dicen Ian Thomson y Dietrich Angerstein en su libro "Historia del Ferrocarril en Chile"; "Si lo hubiéramos dejado donde estaba, nos habríamos ahorrado los 400 millones de dólares que nos costó reponerlo"1. El viaje hacia el sur en este tren era algo único, cruzar el valle que se encuentra entre los ríos Mapocho y el Maipo, nos revelaba la diversidad de la flora y la fauna antes de llegar el poblamiento masivo, travesía que acompaña los faldeos de la Cordillera de los Andes, junto a los zorzales, codornices, bandurrias, mariposas, violetas, margaritas, dedales de oro, lilios y una riquísima vida social que se desarrollaba en el interior del ferrocarril. Este recorrido no terminaba en Puente Alto, ya que la inspiración en su construcción inicial fue llevarlo a cruzar la Cordillera hacia Argentina, ya que en el centro histórico de la comuna se realizaba una combinación con el ferrocarril militar para afrontar hacia el este el macizo Andino, cruzando arroyos, bosques, vertientes y escalando montañas para llegar a destino. “Los caminos se repiten y vuelven sobre sus pasos, reviviendo las travesías que hace tantas décadas emprendieron nuestros abuelos y bisabuelos, en medio del incesante fragor de las inolvidables locomotoras a vapor”2.
Durante largos años, este ferrocarril sirvió como combinación para el Ferrocarril Militar de El Volcán a Puente Alto, transportando la carga proveniente del Cajón del Maipo hasta la combinación con el Ferrocarril Central en la estación Pirque. Rememorando con nostalgia las despedidas y recibimientos de los parientes, el incesante comercio y transporte de equipajes en las victorias y góndolas dieron a la plaza de Puente Alto una representación y carácter de lugar de incesantes intercambios, encuentros e imágenes que aún perduran subalternamente en las memorias de quienes nos interesamos por la recuperación de estos lugares. “Quizás Ud., ignore por ejemplo que hace algunos años nuestra estación ferroviaria era punto de partida de dos ferrocarriles: “El Llano del Maipo” y el “Militar” , que en las tardes de domingo, con motivo del transbordo de pasajeros, era centro de un verdadero carnaval de música, chistes y recitaciones, que animaban a los turistas, tanto los que regresaban del Cajón del Maipo hacia Santiago o viceversa, permaneciendo 2 o 3 horas en animado jolgorio, ya fuera en nuestra plaza o en el mismo recinto ferroviario. Los lugareños concurríamos allí con religiosa puntualidad, ya que esta era una de las mejores maneras de sacudir la modorra semanal”3. Locales como la panadería “La Chilenita”, el antiguo Teatro Nacional, las farmacias Roubillard, el canal y calle Eyzaguirre con sus cantinas, la calle “Canchicarrera”(Irarrázaval), el Caracol y el Teatro Palermo son sitios que conservan un espíritu y materialidad que destacan patrimonialmente por las memorias y sentidos que otorgan e inmortalizan estos inmuebles, de los cuales existe una rica literatura de los creadores locales que expresan su añoranza y testimonian la presencia en el alma de estos lugares para los puentealtinos.

Se destaca también en el centro de Puente Alto la convivencia de casas de estilo montañes, esto es, con base de piedras con concreto hacia sus tres cuartas partes superiores de adobe, con la gigantesca industria papelera, el molino de harina, la fábrica de vulcanita, los talleres de maestranza del tren y hasta hace muy poco tiempo también las dependencias del ejército, se produce con esto una diversidad de sitios que van desde un comercio tradicional, industrialización de la mano de barrios obreros, inmuebles para el desarrollo de las artes y la cultura, centros administrativos hasta lugares de reuniones sociales, clubes deportivos y centros culturales. También no podemos dejar de mencionar la densidad de la población donde convive delincuencia, artistas, cuidadores de autos, comerciantes, estudiantes, jubilados y niños. Todo este amplio espectro de patrimonio inmueble y de convivencia social hace de Puente Alto una comuna en la cual la diversidad de personas, lugares y no lugares hacen que las emociones pasen de aprecio al odio en un instante, sin embargo el arraigo continúa incluso en los que han migrado a otros destinos.
Luego de detenernos y recorrer el Centro Histórico de Puente Alto, continuaremos el viaje, esta vez nos dirigiremos hacia el Este, directamente hacia a la Cordillera, por la calle Eyzaguirre nos despedimos de la Papelera, el Cerro la Ballena y el Canal la Sirena nos dicen adiós como recordándonos que alguna vez, en un tiempo lejano, ellos se encontraban bajo el mar, también pasamos por Casas Viejas, el poblado más antiguo de Puente Alto y en las Vizcachas vemos como las cocinas y hornos de barro nos invitan a hacernos de alimentos, porque ya la Cordillera se encuentra frente a nosotros y no será buena idea encontrarse sin fuerzas para apreciarla y avanzar por sus sierras. Ya en la Obra nos adentramos en el cajón mismo, el rio Maipo nos da la bienvenida a la comuna de San José e inmediatamente comenzamos a olvidar a la ciudad, asombrados por la majestuosidad de los cordones montañosos que moldean la caja del Maipo. También podemos observar la canalización de San Carlos y la bocatoma del Canal la Sirena, además de la extracción y transporte de áridos desde el puente del poblado de las Vertientes, hacia las distintas construcciones y viviendas de Santiago. “Desde el sector puede divisarse el cerro Purgatorio, de 2458m. De altitud, que se alza al sur de Las Vertientes, en la otra ribera del río Maipo. Este cerro junto al Morro de Pirque, el Alto de Llareta, el de la Iglesia el Papagayo y el cerro Corredores, son apropiados para el excursionismo de media montaña”4
En el siguiente poblado, El Canelo, podemos encontrar vestigios muchos más visibles y tangibles como la estación el Canelo y los rieles que transitan por el lado norte del rio, en el avance de la locomotora. Ya en el estero del poblado el Manzano se puede observar el puente que cruza el estero por donde el ferrocarril de trocha angosta escalaba los cerros en busca de su lugar terminal en el pueblo del Volcán, en este lugar se agolpan muchas personas a disfrutar del correr del agua, compartiendo un melón con vino y disfrutando de las tardes de verano, para sentir el relajo y distensión de los rostros de las montañas, el cantar de las aves, y comentar el paso de los arrieros que ya en este lugar comienzan a transitar. Continuando el camino al Volcán y sin dejar el Manzano se encuentran dos monumentos históricos importantes de destacar, los cuales se sitúan casi uno al frente del otro, se trata de la Aduana y La Capilla. La Aduana el Manzano es un inmueble donde antiguamente se realizaba el control ganadero de los arrieros trasandinos, este lugar posee muchas historias, “la planta de la Aduana tenia forma de “L”. Los materiales empleados en la construcción corresponden a muros de adobe, tabiques interiores hasta Charles Darwin paso por este lugar en una de sus expediciones en el año 1835, inevitable es citar una nota en su diario sobre este lugar y por Chile y su gente en general; “Al atardecer llegamos a la aduana, donde examinan nuestros equipajes… Los aduaneros se muestran muy corteses; esta cortesía quizás proviene del pasaporte que me dio el Presidente de la República, pero ya que trato de ese tema, lo aprovecharé para expresar mi admiración por la cortesía natural de casi todos los chilenos…” (Darwin, Charles. 1945:374). Antaño el sector del El Manzano contaba con mucha actividad ganadera, de adiestramiento de caballos y de marca de reses. También es relevante destacar los vestigios de “pircas” construcciones de piedra, de baja altura que delineaban caminos, estas son algunas huellas de la presencia Inca en el sector. Otra característica importante de este poblado es la mayor extensión que tiene el valle en comparación con los demás pueblitos, la gran cantidad de oferta gastronómica y la parcelación de los terrenos ha transformado a la localidad el Manzano en una de las más pobladas en el camino al Volcán. Importante también es destacar que en este lugar se encontraron los primeros vestigios de la aparición del hombre, los complejos el Manzano I y II, descubrimiento que se estima data de más de 6000 años antes de Cristo.

Al llegar al final del poblado el Manzano nos podemos situar en el puente el Colorado y el panorama aquí nos da referencias mucho más clara de las construcciones del ferrocarril un gran puente por la vista hacia el sur, además podemos ver el camino que va hacia el Toyo por Pirque, y presenciar a unos de los principales afluentes del Rio Maipo como es el Rio Colorado, incluso existe un sitial, dado la altura que toma la quebrada en el rio el Colorado, para la práctica de benji, se cuenta que el color rojizo que tiene el río “colorado” fue dado por una princesa indígena llamada Coyanco, que al ser asesinada por otra comunidad indígena enemiga quedo su cuerpo tendido en el río con sus colorados cabellos en el agua y desde ese momento el río tomo el rojizo de su pelo. Leyendas como esa existen muchas en el cajón del Maipo, pero las nombraremos someramente en razón de enfocarnos en los centros históricos, lugares que son nuestro propósito describir, en especial ahora en el destino final de este viaje el Centro Histórico de San José de Maipo.

Antes de llegar al centro de San José pasamos por el último poblado pequeño del recorrido, el Guayacán, esta pueblito viene a ser la puerta de entrada de San José, ya en él, podemos ver casas montadas en los cerros, hornos de barros y diferentes posadas para el refugio de turistas.
A diferencia del centro histórico de Puente Alto, el de San José se encuentra protegido, ya que se encuentra en la categoría de zona típica patrimonial y se ampara en la ley 17.288 sobre monumentos nacionales, esta área de protección contempla la extensión de nueve cuadras de largo entre las calles Cañada Norte y Cañada Sur, y tres cuadras de ancho entre las Calles del Río y del Cerro, estas normativas permiten la conservación, regulan las modificaciones de las zonas y orientan las distribución de fondos públicos para la investigación y difusión de estos sitios patrimoniales denominados por la ley, “zonas típicas o pintorescas”.
Las casas de estilo montañés que encontramos en Puente Alto aisladamente, aquí en San José, son la mayoría, es este tipo de construcción el que prima, ya que nos encontramos por sobre los dos mil metros de altura, y las lluvias y nieves son abundantes sobretodo en invierno, además el Cerro la Isidora que se encuentra justo frente al Centro Histórico hace que el sol se esconda desde pasadas las cinco de la tarde por lo que su calor se pierde muy temprano y el pueblo baja sus temperaturas bruscamente.

Llegando al centro de la plaza de armas podemos ir conociendo con más profundidad la Historia de este lugar, desde su fundación en 1792 por Ambrosio O’Higgins de quien encontramos una escultura en una de las esquinas de la plaza, la más cercana a la Iglesia, este centro patrimonial cuenta con varios monumentos históricos de relevancia, entre ellos esa Iglesia y la parroquia, el Sanatorio Laennec, también se puede ver la Casa de Mujeres Carolina Deursther montada en una colina.

Una de las propiedades más destacables de San José de Maipo es su clima cordillerano, el cual es muy favorable para personas con problemas respiratorios, esto en razón de su ventilación y descontaminación, así se conformó un conjunto de inmuebles relacionados directamente con la recuperación de pacientes aquejados por malestares que en la ciudad son imposibles de curar.

Las viviendas que se encuentran en el área de protección patrimonial son de estilo neoclásico, en su mayoría de adobe, con base de piedra, tiene fachadas continuas que dan una integración, armonía y escala al habitar de los cajoninos, un centro que entrega a sus pobladores un acopio en dimensión permanentemente humana.




1 http://www.amigosdeltren.cl/historia-ferroviaria/historia-ferrocarril-llano-del-maipo.
2 http://www.dedaldeoro.cl/ed32-tren_llano-maipo.htm
3 Toledo Gallis, Manuel. “Puente Alto y otros episodios intrascendentes”. Talleres Gráficos Puente Alto al día. Pág. 11.

4 Cabeza, Angel. El patrimonio del Cajón del Maipo. Huellas de Naturaleza, Historia e Identidad. Pág.107.

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