LA CORDILLERA Y SUS CENTROS HISTÓRICOS.
Nicolás Junqueras Castro
Categoría: Ensayo
La ciudad de Santiago de Chile, en la región metropolitana, ha crecido estrepitosamente en las últimas décadas, su suelo es cada vez más escaso por lo que las construcciones en altura se han convertido en la nueva tipología de habitación, generándose una tendencia en la ocupación del cielo por los edificios que sombrean cada vez más las calles y la consiguiente densidad demográfica ha provocado que la proxémica natural de los ciudadanos sea vulnerada especialmente en el transporte, en los centros de servicios financieros y gastronómicos, como también en los paseos cercanos a la principal plaza de armas kilómetro cero de la ciudad. Esta excesiva concentración y centralización que se produce en la capital, especialmente en los días laborales, refleja la excesiva dependencia del “centro” de las demás provincias de la ciudad, ya que los pobladores de la periferia viajan en masa hacia el núcleo financiero/laboral, regresando a sus hogares en el contorno de la ciudad, por lo que estos territorios aledaños al centro se han denominado comunas “dormitorios” afirmando la acepción para nominarlas como territorios en los que se llega a descansar, por lo que los quehaceres metropolitanos toman el principal rol de activo cultural, por el hecho de realizarse la vida diaria en el “downtown”.
Con esta dinámica heredada desde la conquista española en Chile, con las permanentes denominaciones belicosas a los distintos centros históricos del país “plazas de armas”, por el hecho de que esta tierra Chile siempre se encontró en guerra de españoles con los aborígenes mapuches como capitanía general, y no pudo transformarse jamás en un virreinato; transitó la colonia, y la independencia no fue más que un proceso debatido entre españoles y criollos, donde el mestizo e indígena fueron excluidos. Se instala la cultura patriarcal del hacendado poniendo en tensión al patrón latifundista y el peón campesino, más tarde a la industria con el obrero, hasta llegar a la actualidad donde la banca y el empleado de corbata vuelve a reflejar esta relación ambivalente y de progresiva concentración de capital, como consecuencia el territorio ha sido intervenido y transformado con esta orientación en su modernización, acrecentado la congregación de los bienes, servicios, educación, salud y poder político en Santiago centro, reafirmando que el colonialismo se encuentra permanentemente condicionando las relaciones sociales, los intercambios, las construcciones y las mutaciones de los ambientes y sitios con relevancia histórico-patrimonial.
Así
para la descripción, interpretación y puesta en valor de los
centros históricos de la Provincia Cordillera, ubicada al extremo
sur oriente de la Región Metropolitana, no debemos perder de vista
la carga e influencia que vienen acarreando desde la colonia y el
nacimiento de la República estas localidades, ya que vienen a
definir y diferenciar mucho de los aspectos que consideramos
relevantes para su patrimonialización, la necesidad que nos
imponemos a no fragmentar el crecimiento de estos centros por caminos
separados, sino revelar su hermandad y vínculos estrechos, así como
también vislumbrar como la modernización y globalización han
determinado en buena parte el destino de estos sitios.
Otra
de las razones para rememorar la situación por la cual pasa el
núcleo de Santiago centro es el reflejo, símbolos e intercambios
que permanentemente viajan desde el norte hacia el sur, debido a que
la vía principal de acceso al centro histórico de la capital de la
provincia cordillera, Puente Alto, se encuentra por esta entrada. El
más importante medio de transporte que comunica a Santiago Centro
con el resto de sus provincias es el tren metropolitano y en el caso
de sus viajes hacia el Sur, “el metro” es una análoga
reinterpretación moderna del antiguo ferrocarril el Llano del Maipo.
La estación terminal en el lado Norte o céntrico, se ubicaba en lo
que hoy en día es la actual Plaza Italia, se llamaba estación
Pirque una pequeña réplica en tamaño, comparada con la gran
Estación Central, pero muy similares en estructura.
“Paradójicamente, casi 40 años más tarde, el Estado de Chile ha
construido un nuevo ferrocarril siguiendo el mismo trazado original,
ahora en la forma de la línea 5 del Metro. Tal como dicen Ian
Thomson y Dietrich Angerstein en su libro "Historia del
Ferrocarril en Chile"; "Si lo hubiéramos dejado donde
estaba, nos habríamos ahorrado los 400 millones de dólares que nos
costó reponerlo"1.
El viaje hacia el sur en este tren era algo único, cruzar el valle
que se encuentra entre los ríos Mapocho y el Maipo, nos revelaba la
diversidad de la flora y la fauna antes de llegar el poblamiento
masivo, travesía que acompaña los faldeos de la Cordillera de los
Andes, junto a los zorzales, codornices, bandurrias, mariposas,
violetas, margaritas, dedales de oro, lilios y una
riquísima
vida social que se desarrollaba en el interior del ferrocarril. Este
recorrido no terminaba en Puente Alto, ya que la inspiración en su
construcción inicial fue llevarlo a cruzar la Cordillera hacia
Argentina, ya que en el centro histórico de la comuna se realizaba
una combinación con el ferrocarril militar para afrontar hacia el
este el macizo Andino, cruzando arroyos, bosques, vertientes y
escalando montañas para llegar a destino. “Los caminos se repiten
y vuelven sobre sus pasos, reviviendo las travesías que hace tantas
décadas emprendieron nuestros abuelos y bisabuelos, en medio del
incesante fragor de las inolvidables locomotoras a vapor”2.
Durante
largos años, este ferrocarril sirvió como combinación para el
Ferrocarril Militar de El Volcán a Puente Alto, transportando la
carga proveniente del Cajón del Maipo hasta la combinación con el
Ferrocarril Central en la estación Pirque. Rememorando con nostalgia
las despedidas y recibimientos de los parientes, el incesante
comercio y transporte de equipajes en las victorias y góndolas
dieron a la plaza de Puente Alto una representación y carácter de
lugar de incesantes intercambios, encuentros e imágenes que aún
perduran subalternamente en las memorias de quienes nos interesamos
por la recuperación de estos lugares. “Quizás Ud., ignore por
ejemplo que hace algunos años nuestra estación ferroviaria era
punto de partida de dos ferrocarriles: “El Llano del Maipo” y el
“Militar” , que en las tardes de domingo, con motivo del
transbordo de pasajeros, era centro de un verdadero carnaval de
música, chistes y recitaciones, que animaban a los turistas, tanto
los que regresaban del Cajón del Maipo hacia Santiago o viceversa,
permaneciendo 2 o 3 horas en animado jolgorio, ya fuera en nuestra
plaza o en el mismo recinto ferroviario. Los lugareños concurríamos
allí con religiosa puntualidad, ya que esta era una de las mejores
maneras de sacudir la modorra semanal”3.
Locales como la panadería “La Chilenita”, el antiguo Teatro
Nacional, las farmacias Roubillard, el canal y calle Eyzaguirre con
sus cantinas, la calle “Canchicarrera”(Irarrázaval), el Caracol
y el Teatro Palermo son sitios que conservan un espíritu y
materialidad que destacan patrimonialmente por las memorias y
sentidos que otorgan e inmortalizan estos inmuebles, de los cuales
existe una rica literatura de los creadores locales que expresan su
añoranza y testimonian la presencia en el alma de estos lugares para
los puentealtinos.
Se
destaca también en el centro de Puente Alto la convivencia de casas
de estilo montañes, esto es, con base de piedras con concreto hacia
sus tres cuartas partes superiores de adobe, con la gigantesca
industria papelera, el molino de harina, la fábrica de vulcanita,
los talleres de maestranza del tren y hasta hace muy poco tiempo
también las dependencias del ejército, se produce con esto una
diversidad de sitios que van desde un comercio tradicional,
industrialización de la mano de barrios obreros, inmuebles para el
desarrollo de las artes y la cultura, centros administrativos hasta
lugares de reuniones sociales, clubes deportivos y centros
culturales. También no podemos dejar de mencionar la densidad de la
población donde convive delincuencia, artistas, cuidadores de autos,
comerciantes, estudiantes, jubilados y niños. Todo este amplio
espectro de patrimonio inmueble y de convivencia social hace de
Puente Alto una comuna en la cual la diversidad de personas, lugares
y no lugares hacen que las emociones pasen de aprecio al odio en un
instante, sin embargo el arraigo continúa incluso en los que han
migrado a otros destinos.
Luego
de detenernos y recorrer el Centro Histórico de Puente Alto,
continuaremos el viaje, esta vez nos dirigiremos hacia el Este,
directamente hacia a la Cordillera, por la calle Eyzaguirre nos
despedimos de la Papelera, el Cerro la Ballena y el Canal la Sirena
nos dicen adiós como recordándonos que alguna vez, en un tiempo
lejano, ellos se encontraban bajo el mar, también pasamos por Casas
Viejas, el poblado más antiguo de Puente Alto y en las Vizcachas
vemos como las cocinas y hornos de barro nos invitan a hacernos de
alimentos, porque ya la Cordillera se encuentra frente a nosotros y
no será buena idea encontrarse sin fuerzas para apreciarla y avanzar
por sus sierras. Ya en la Obra nos adentramos en el cajón mismo, el
rio Maipo nos da la bienvenida a la comuna de San José e
inmediatamente comenzamos a olvidar a la ciudad, asombrados por la
majestuosidad de los cordones montañosos que moldean la caja del
Maipo. También podemos observar la canalización de San Carlos y la
bocatoma del Canal la Sirena, además de la extracción y transporte
de áridos desde el puente del poblado de las Vertientes, hacia las
distintas construcciones y viviendas de Santiago. “Desde
el sector puede divisarse el cerro Purgatorio, de 2458m. De altitud,
que se alza al sur de Las Vertientes, en la otra ribera del río
Maipo. Este cerro junto al Morro de Pirque, el Alto de Llareta, el de
la Iglesia el Papagayo y el cerro Corredores, son apropiados para el
excursionismo de media montaña”4
En
el siguiente poblado, El Canelo, podemos encontrar vestigios muchos
más visibles y tangibles como la estación el Canelo y los rieles
que transitan por el lado norte del rio, en el avance de la
locomotora. Ya
en el estero del poblado el Manzano se puede observar el puente que
cruza el estero por donde el ferrocarril de trocha angosta escalaba
los cerros en busca de su lugar terminal en el pueblo del Volcán, en
este lugar se agolpan muchas personas a disfrutar del correr del
agua, compartiendo un melón con vino y disfrutando de las tardes de
verano, para sentir el relajo y distensión de los rostros de las
montañas, el cantar de las aves, y comentar el paso de los arrieros
que ya en este lugar comienzan a transitar. Continuando el camino al
Volcán y sin dejar el Manzano se encuentran dos monumentos
históricos importantes de destacar, los cuales se sitúan casi uno
al frente del otro, se trata de la Aduana y La Capilla. La Aduana el
Manzano es un inmueble donde antiguamente se realizaba el control
ganadero de los arrieros trasandinos, este lugar posee muchas
historias, “la planta de la Aduana tenia forma de “L”. Los
materiales empleados en la construcción corresponden a muros de
adobe, tabiques interiores hasta Charles Darwin paso por este lugar
en una de sus expediciones en el año 1835, inevitable es citar una
nota en su diario sobre este lugar y por Chile y su gente en general;
“Al atardecer llegamos a la aduana, donde examinan nuestros
equipajes… Los aduaneros se muestran muy corteses; esta cortesía
quizás proviene del pasaporte que me dio el Presidente de la
República, pero ya que trato de ese tema, lo aprovecharé para
expresar mi admiración por la cortesía natural de casi todos los
chilenos…” (Darwin, Charles. 1945:374). Antaño el sector del El
Manzano contaba con mucha actividad ganadera, de adiestramiento de
caballos y de marca de reses. También es relevante destacar los
vestigios de “pircas” construcciones de piedra, de baja altura
que delineaban caminos, estas son algunas huellas de la presencia
Inca en el sector. Otra característica importante de este poblado es
la mayor extensión que tiene el valle en comparación con los demás
pueblitos, la gran cantidad de oferta gastronómica y la parcelación
de los terrenos ha transformado a la localidad el Manzano en una de
las más pobladas en el camino al Volcán. Importante también es
destacar que en este lugar se encontraron los primeros vestigios de
la aparición del hombre, los complejos el Manzano I y II,
descubrimiento que se estima data de más de 6000 años antes de
Cristo.
Al
llegar al final del poblado el Manzano nos podemos situar en el
puente el Colorado y el panorama aquí nos da referencias mucho más
clara de las construcciones del ferrocarril un gran puente por la
vista hacia el sur, además podemos ver el camino que va hacia el
Toyo por Pirque, y presenciar a unos de los principales afluentes del
Rio Maipo como es el Rio Colorado, incluso existe un sitial, dado la
altura que toma la quebrada en el rio el Colorado, para la práctica
de benji, se cuenta que el color rojizo que tiene el río “colorado”
fue dado por una princesa indígena llamada Coyanco, que al ser
asesinada por otra comunidad indígena enemiga quedo su cuerpo
tendido en el río con sus colorados cabellos en el agua y desde ese
momento el río tomo el rojizo de su pelo. Leyendas como esa existen
muchas en el cajón del Maipo, pero las nombraremos someramente en
razón de enfocarnos en los centros históricos, lugares que son
nuestro propósito describir, en especial ahora en el destino final
de este viaje el Centro Histórico de San José de Maipo.
Antes
de llegar al centro de San José pasamos por el último poblado
pequeño del recorrido, el Guayacán, esta pueblito viene a ser la
puerta de entrada de San José, ya en él, podemos ver casas montadas
en los cerros, hornos de barros y diferentes posadas para el refugio
de turistas.
A
diferencia del centro histórico de Puente Alto, el de San José se
encuentra protegido, ya que se encuentra en la categoría de zona
típica patrimonial y se ampara en la ley 17.288 sobre monumentos
nacionales, esta área de protección contempla la extensión de
nueve cuadras de largo entre las calles Cañada Norte y Cañada Sur,
y tres cuadras de ancho entre las Calles del Río y del Cerro, estas
normativas permiten la conservación, regulan las modificaciones de
las zonas y orientan las distribución de fondos públicos para la
investigación y difusión de estos sitios patrimoniales denominados
por la ley, “zonas típicas o pintorescas”.
Las
casas de estilo montañés que encontramos en Puente Alto
aisladamente, aquí en San José, son la mayoría, es este tipo de
construcción el que prima, ya que nos encontramos por sobre los dos
mil metros de altura, y las lluvias y nieves son abundantes sobretodo
en invierno, además el Cerro la Isidora que se encuentra justo
frente al Centro Histórico hace que el sol se esconda desde pasadas
las cinco de la tarde por lo que su calor se pierde muy temprano y el
pueblo baja sus temperaturas bruscamente.
Llegando
al centro de la plaza de armas podemos ir conociendo con más
profundidad la Historia de este lugar, desde su fundación en 1792
por Ambrosio O’Higgins de quien encontramos una escultura en una de
las esquinas de la plaza, la más cercana a la Iglesia, este centro
patrimonial cuenta con varios monumentos históricos de relevancia,
entre ellos esa Iglesia y la parroquia, el Sanatorio Laennec, también
se puede ver la Casa de Mujeres Carolina Deursther montada en una
colina.
Una de las propiedades más destacables de San José de Maipo es su clima cordillerano, el cual es muy favorable para personas con problemas respiratorios, esto en razón de su ventilación y descontaminación, así se conformó un conjunto de inmuebles relacionados directamente con la recuperación de pacientes aquejados por malestares que en la ciudad son imposibles de curar.
Las viviendas que se encuentran en el área de protección patrimonial son de estilo neoclásico, en su mayoría de adobe, con base de piedra, tiene fachadas continuas que dan una integración, armonía y escala al habitar de los cajoninos, un centro que entrega a sus pobladores un acopio en dimensión permanentemente humana.
1
http://www.amigosdeltren.cl/historia-ferroviaria/historia-ferrocarril-llano-del-maipo.
2
http://www.dedaldeoro.cl/ed32-tren_llano-maipo.htm
3
Toledo Gallis, Manuel. “Puente Alto y otros episodios
intrascendentes”. Talleres Gráficos Puente Alto al día. Pág.
11.
4
Cabeza, Angel. El patrimonio del Cajón del Maipo. Huellas de
Naturaleza, Historia e Identidad. Pág.107.
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